Thursday, August 24, 2006

AVE MUNDI MORITURI TE SALUTANT

¿Como entiendo el mundo? Definitivamente no es una pregunta fácil, como de responder en un minuto. En fin, tratare de explicarte lo mejor que pueda mi comprensión del mundo.

En palabras sencillas, el mundo es un flujo, un movimiento, intrincadas concatenaciones de eventos que van definiendo nuestras vidas. Llámalo Destino, Hado, Historia, Espíritu Universal, Dios, como consideres mas adecuado. Siempre oyes a los corderos referirse a este, según algunos, como cruel y vengativo, dispuesto descargar su ira sobre nosotros sino obedecemos fielmente sus leyes. Otros, en cambio, lo ven como un espíritu compasivo y pleno de amor, siempre dispuesto a socorrernos en nuestras desgracias. En todo caso, ven en este a un gran padre que vela siempre por ellos, bien sea un padre cruel y autoritario, bien sea un padre compasivo y amoroso, pero padre al fin.

Todo esto, no es sino signo de una pequeña gente temerosa de asumir la carga de su propio destino. Siempre a la espera de un gran líder, profeta o mesías que le diga en que creer.

La realidad es que el Universo no es cruel, no es compasivo. Solo es. Se mueve inexorable, indiferente de nuestras desgracias y nuestras victorias. Demasiado pequeños somos en comparación, para pretender esperar que se conmoviese por nuestro llanto. Si pretendiese humanizar al Universo, tal vez lo viese como una dama irónica y francamente caprichosa, que nos sonríe en un momento y en otro, nos da la espalda y sigue de largo. Tal vez esta fuese la forma como los primeros hombres comprendieron eso que llamamos Dios. Total, dicen que al principio solo había una gran diosa. Pero me parece definitivamente fútil intentar humanizar algo que es infinitamente más grande que nosotros, inmensamente más antiguo que nosotros y nuestros valores.

Incluso Agustín de Hipona había reconocido la inexorabilidad del Universo al resolver la paradoja de la piedra. Dios, al ser el creador del universo, y por lo tanto del tiempo y el espacio, debía existir fuera de estos. Por ello, la pregunta sobre si Dios podía crear una piedra que no pudiese destruir, era una simple falacia. No podía pretenderse que Dios crease algo para luego destruirlo, porque ello hubiese implicado que Dios cambiase de opinión. Y un cambio de opinión es un evento y un evento solo puede ocurrir en el tiempo. Así, extrapolando la respuesta de Agustín a esta paradoja, porque debemos esperar que el Universo cambie de opinión ante nuestros ruegos.


En cierto momento me preguntaste ¿Si me sentía contento con mi vida? ¿Si era la vida que siempre desee? Te respondí que estaba satisfecho con la vida que había vivido hasta ahora. Después de todo lo que escribí anteriormente, a muchos le seria difícil entender como puedo sentirme satisfecho con mi vida. Incluso tu, aunque no lo creo. Si entendiesen el mundo en el modo que lo entiendo yo, tal vez la parecería natural.

Así mismo te alegraste de escuchar eso de aunque sea de un persona. Sabes. La pequeña gente vive sus vidas en función de metas, adonde han de llegar, cuando han de llegar. Piensan su vida en función de que en determinado momento se graduaran, conseguirán un buen empleo, hallaran una pareja con las que tendrán tantos hijos. En lo que no quieren pensar es que su familia estará lejos de ser perfecta, solo son humanos; que un día se harán viejos y serán reemplazados por un niño recién graduado, que se mueve con facilidad en este nuevo mundo, ya que el mundo del que ellos vinieron ya desapareció. De ahí a un asilo, lo cual es como estar sentado en una sala de espera donde jamás dicen tu numero. Y finalmente lo único que te quedará es un cajón de madera.

A eso temen. Temen a que no obtendrán todo lo que habían soñado para sus vidas. Temen a que cuando alcancen estas metas, no sea tan maravilloso como habían esperado. Temen que un día van a morir y aquello logrado será nada. Prefieren no pensar en ello. Simplemente evadirlo. ¡¡Vayamos de compra, la felicidad se debe conseguir en alguna tienda!!¡¡Que se nos vaya la vida viendo programas vacíos y triviales y así se nos apaga el cerebro!!¡¡Consigamos cuanta dieta, operación o pastilla haya inventado la ciencia para así mantenernos jóvenes y bellos por siempre!!¡¡Proscriban la palabra “Muerte” de nuestra lengua, ya que es de muy mal gusto decirla!! Y cuidado. Ni se te ocurra sacarlos de su cómoda ceguera, porque te acusan de inconveniente y profeta del desastre. Y si las cosas van mal te queman por bruja y hereje. ¡¡Dios nos salve de la Santa Simplicidad!!

¿Como puedes sentirte satisfecho con tu vida cuando vives en función a metas, si la ultima meta es un cajón de madera?

¿Acaso aun te podrías preguntar como me puedo sentir satisfecho con mi vida? Para mí la vida como el universo mismo es un continuo movimiento, un flujo. Solo eso, un perenne andar. Para los corderos esto suena tan terrible y desolador. Ellos cuando andan solo piensan en cuando van a llegar a su destino, para así descansar sus cansadas piernas. En cambio, para mí, que a veces parezco más un lobo urbano que humano, no hay más forma de vivir que andar. Total, piernas fuertes tengo. Encuentro tan placentero caminar en mi ciudad, con largas zancadas, esquivando a la gente, midiendo mis pasos con ruido del transito, mientras mi cerebro va aun más desenfrenado. Para estos corderos es tan deseable el descanso, en cambio, yo le temo. Porque descubre lo cansadas que están tus piernas y cuan pesado es un cuerpo humano. Solo andando, la vida se me hace ligera y dulce. Solo puedes vivir andando.

Y en este mundo inexorable, siempre en movimiento, siempre en evolución, debes andar a su ritmo o extinguirte. Es que a este mundo no le importan si tú un día mueres, si civilizaciones colapsan, si especies se extinguen, si estrellas se apagan. Este mundo continúa su movimiento inexorable. Y tú debes llevar tu roca por la pendiente, porque cada paso que das sella tu destino. Cada elección que haces tiene sus consecuencias y tu no puedes dar vuelta atrás una vez la ejecutes. Acaso la gran tribulación de la voluntad no es no poder quebrantar la voracidad del tiempo. Esa es la forma en que entiendo que se debe vivir. Jugando las cartas que deba jugar, sin dar espacio a ese pequeño asesino llamado miedo. Sin remordimientos por los jugadas que haya errado. Aun sigo vivo y permanezco en la mesa. Así debo actuar y moverme, sin indulgencias ni sentimentalismos. Parándome frente a la tormenta con una sonrisa y diciéndole “Aquí estoy, haz lo que tengas que hacer”.


Los gladiadores al entrar en la arena, viraban hacia la tribuna mayor y gritaban AVE CAESAR MORITURI TE SALUTANT “Salve Cesar, los que han a morir te saludan”. Yo prefiero pararme frente al alba de un nuevo día y gritar AVE MUNDI MORITURI TE SALUTANT “Salve Mundo, los que han a morir te saludan” y vivir lo mejor que sea posible.


2 de junio de 2005

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